viernes, 25 de julio de 2008

Literatura Docente

‘‘LA ESCUELA LE ROBA LA FANTASIA A LA LITERATURA"

¡¡A jugar!! José Luís Mejía apuesta a divertir a los niños.
Pedro Escribano.



Escritor José Luís Mejía acaba de publicar dos libros de cuentos para niños. Eso sucede cuando convierten a la literatura en resumen, tarea y control de lectura.
No se establece límites si se trata de convocar a los niños con sus versos y relatos. José Luís Mejía tiene un desbordante mundo infantil y acaba de publicar dos libros: Don Hilario y sus mascotas y Se nos perdió el alfabeto, ambos editados por Santillana.
Pero para José Luís no se trata de magia, sino de sintonizar el mundo de los pequeños y dejar que el niño que llevamos dentro juegue con él.
–¿Cómo llegar, desde los criterios de adulto, al mundo infantil a través de la literatura?
–Yo creo que en el fondo todos los escritores permanecemos niños de alguna manera, por lo menos a la hora de escribir, porque escribir es crear mundos, es jugar a la magia, la misma magia con la que juega un niño. Un niño crea su universo, juega a policías y ladrones o a piratas o a cualquier historia que se va inventando, y los que escribimos inventamos historias también. En el fondo, creo que todos estamos en la misma sintonía, en el mismo canal. Por eso considero que la manera más fácil de llegar a ellos es renunciando un poco a los prejuicios que te dan los años.
–Antes no había tantos autores para niños. ¿Quieres darles a los niños lo que de repente no te dieron a ti?
–No, porque sería injusto con mi familia. Yo soy nieto de "El Corregidor Mejía". Mi padre, Luis Felipe Mejía, tenía una inmensa biblioteca. Crecí rodeado de libros, probablemente textos no tan coloridos, no habían tantos, pero sí crecí escuchando fábulas, cuentos para niños. Gocé mucho de la sobremesa, por eso más que dar, debo agradecer por lo que tuve.
–¿Cuál es el mayor riesgo de escribir para niños?
–Creo que el mayor riesgo es no ser leído. Es decir, no ser entendido. Lo que quiero decir con esto es que si uno no logra, de alguna manera, entrar en contacto con la fantasía del niño, si uno no logra hacerse cómplice del niño, pierde.
–¿Escribir para niños no es escribir en un lenguaje noño?
–Yo personalmente, y esta es una opinión personal, estoy en contra de convertir el lenguaje o deformarlo en favor de esa supuesta fantasía infantil. No. Creo que los niños entienden lo que les decimos, entonces, sí podemos hablarles con palabras sencillas e ir aumentando su vocabulario. Las onomatopeyas son parte del juego, pero no hay que ser gratuito con ellas.
–¿Y lo pedagógico? ¿Porque es un niño hay que estar siempre enseñándole?
–Enseñar no me parece perjudicial, lo que sí me parece dañino es cuando nos olvidamos de jugar. Para mí la enseñanza debe estar ligada al juego. Lo malo de la escuela es que convierte a la literatura en resumen, tarea, control. La escuela le roba la fantasía a la literatura. Yo creo que enseñar es bueno, vivimos enseñando; los padres viven enseñando, los maestros viven enseñando.


¿Adivina?

Empecemos, como es
el más amigo del hombre
,

todos conocen su nombre
y su amor a los bebés.
Siempre se duerme a mis pies
y ladra cuando lo encierro
le encanta escaparse al cerro
con su hueso entre los dientes.
Valiente entre los valientes,
noble y leal es mi …


PERFIL
José Luis Mejía. Limeño. Las letras las lleva en la sangre, pues es nieto de "El Corregidor Mejía". Ha sido profesor de aula durante muchos años, de donde ha extraído todo un mundo infantil para sus versos y relatos.

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